
Me basta pensarte
para transportarme a tus brazos,
para que lluevan tus besos
sobre mi cuerpo, encendiendo
el sol, la ternura, el deseo y el amor.
Y si tu me piensas noto escalofrios,
caricias en mi pecho. La distancia
se reduce a nada, los kilómetros
se transforman en cuerpo junto a cuerpo,
calor junto a calor, mirada a mirada,
parpadeando ilusiones, desoyendo
augurios de fracaso.
Y cuando tu sudor descansa
continuo bebiendo y bebiendo
de tu ser y de tu esencia,
libando tu nectar, zanganeando,
saboreando tu miel.
Juan Carlos
Nota. Inspirado en la lectura de un poema de Maryella

